A nadie se le escapa la enorme incidencia que pueden tener en el desarrollo de un incendio el tipo de material constructivo y los revestimientos. Si buceamos en la legislación podemos ver la evolución de la clasificación de los materiales en relación con su reacción al fuego: en principio se evaluaba tan sólo la combustibilidad del material, pero en la actualidad los eurocódigos han establecido la necesidad de evaluar otros conceptos vinculados con la reacción al fuego como la emisión de humos, o el goteo de partículas inflamadas. Con la resistencia al fuego ha sucedido lo mismo, evaluándose en la actualidad no solo la capacidad portante, integridad, y aislamiento como en los primeros tiempos, sino otros parámetros como resistencia a radiación, estanquidad al paso de humos, capacidad de cierre automático de elementos compartimentadores móviles, etc. En definitiva, la experiencia nos ha indicado que las características de los materiales son básicas a la hora de establecer el confinamiento de un incendio, limitar la velocidad de propagación, y por supuesto alargar las condiciones de habitabilidad de un recinto sometido a un incendio fortuito.
Además los códigos de construcción de los países desarrollados van evolucionando hacia el cumplimiento de importantes prestaciones en el ámbito de la eficiencia energética de los edificios, lo cual introduce a su vez productos e instalaciones que van a alterar el riesgo de incendio. Por ejemplo, un panel sándwich relleno de espuma de poliuretano es energéticamente mucho más eficiente que uno con relleno de lana de roca. Sin embargo el panel de poliuretano, una vez que el relleno queda expuesto (lo cual es bastante habitual, dada la existencia de penetraciones para el paso de cableado y conducciones) constituye una vía de propagación del incendio rápida y devastadora, como se ha puesto de manifiesto en muchos siniestros. Los paneles sándwich también se están instalando en fachada en algunas reformas de edificios, con el objeto de mejorar el aislamiento térmico. En Youtube se puede encontrar, entre otros, el video del incendio en fachada de un edificio en Roubaix (Francia), muy ilustrativo acerca de la rapidez y virulencia con la que se puede propagar el fuego alimentado por paneles sándwich con relleno combustible, en este caso de capa exterior de aluminio con relleno de polietileno.
El artículo técnico que presentamos hoy en este Newsletter abunda en el hecho de la relación entre los materiales de construcción y los incendios. Una de las conclusiones que se extraen es que, especialmente en viviendas, la carga de fuego inmobiliaria es prácticamente despreciable frente a la carga de fuego mobiliaria. Efectivamente, cada uno tiene libertad, dentro de su casa, para amueblar conforme a su gusto y criterio. No nos detenemos a pensar si el colchón que vamos a comprar tiene un mejor o peor comportamiento frente al fuego, sino que lo que buscamos es que nos permita un descanso cómodo. Tampoco colgamos en las ventanas cortinas que sean ignífugas. Es decir que en nuestra vivienda estamos rodeados de elementos combustibles, que dan lugar en la mayoría de casos a fuegos de propagación rápida. Por ello hay que reiterar, una vez más, que hay que tener una conciencia de prevención y una educación básica de cómo y por qué surge un incendio. En definitiva, poner en práctica lo que tantas veces hemos oído y comentado sobre no sobrecargar las instalaciones eléctricas (especialmente los enchufes), separar elementos de calefacción como estufas, braseros, calefactores… respecto del mobiliario y elementos combustibles, tener precaución con el uso de llamas vivas (fumadores, incienso, velas…), no dejar la plancha encendida sobre una prenda de ropa, asegurar siempre que los fuegos de la cocina quedan apagados, y mil consejos más, todos muy sencillos y prácticos pero que pueden ahorrar muchos problemas.
La evolución de los productos de la construcción nos traerá nuevos retos a considerar en el ámbito de la protección contra incendios. La legislación continuará adaptándose, como lo ha venido haciendo hasta ahora, para regular las características e instalación de estos materiales. Pero seguramente lo hará siempre a rebufo de la evolución de la tecnología y de las experiencias de incendio que surjan. Entretanto, apliquemos siempre una conducta prevencionista y aprendamos a poner la seguridad al nivel de otras prestaciones. Esa es la única manera que existe de adelantarse al incendio.
