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30/09/2021

La inspección obligatoria en los sistemas de rociadores de más de 25 años

Por Miguel Vidueira Responsable Técnico del Grupo CEPREVEN

Con el paso del tiempo, las prestaciones exigidas a un sistema de extinción por rociadores pueden disminuir, debido al envejecimiento de las instalaciones. Este envejecimiento lo sufre tanto la tubería como los rociadores. En el caso de la tubería, es normal que aparezca corrosión interior debida a la presencia de agua y oxígeno. Otro posible efecto es la aparición de corrosión por influencia microbiológica, debido a la actividad de bacterias. En cualquiera de los casos, el efecto sobre la tubería puede ir desde la aparición de poros a una corrosión generalizada. En el mejor caso, es esperable un empeoramiento del coeficiente de rozamiento de la tubería, mientras que en el peor, pueden aparecer depósitos sobre las paredes del tubo restringiendo en gran medida la sección de paso, y atascando la conexión a los rociadores. El propio rociador, además de ser susceptible de sufrir un problema parcial o total de obstrucción, puede ver alterada su temperatura de actuación o el patrón de descarga, entre otros factores. 

Ejemplos de tubería afectada por corrosión y depósitos en su interior. Fuente: “Tuberías y Suportación de Sistemas de Extinción: Manual Práctico para una Adecuada Implantación”. Editorial CEPREVEN



Hasta ahora la necesidad de realizar una inspección sobre instalaciones de rociadores de más de 25 años de antigüedad era algo recogido en la norma de diseño de instalaciones de rociadores, UNE-EN 12845, en un anexo no normativo. Sin embargo, con la publicación del nuevo Reglamento de Instalaciones de Protección contra Incendios en Junio de 2017 se introdujo en la Tabla II “Programa de mantenimiento anual y quinquenal de los sistemas de protección activa contra incendios”, la obigatoriedad de cumplir con el anexo de la norma citada anteriormente. 

Esta norma establece la necesidad de inspeccionar tubería y rociadores cada 25 años independientemente del tipo de sistema (húmedo o seco). Se debe inspeccionar un ramal por cada 100 rociadores. Cualquier defecto que afecte negativamente a la prestación del sistema, se debe eliminar.

Existen distintos métodos de inspección de tubería que permiten obtener información acerca de su estado interior. Uno de los métodos a utilizar es la inspección por endoscopia. Permite conocer el estado interior de la tubería mediante la introducción de una cámara en el interior. Para esto se debe vaciar el sistema (y por tanto dejarlo fuera de servicio mientras se realiza la prueba), e introducir el endoscopio en el interior de la tubería. Dado que hay que hacer la inspección de tubos de distintos diámetros, se podrá introducir la cámara a través del manguito de diferentes rociadores que previamente se habrán desenroscado, y en algún caso habrá que desmontar algún accesorio o tapón para observar colectores y montantes. Este método permite conocer el estado general de la instalación por medio de diferentes puntos de inspección aleatorios.

La endoscopia se puede complementar con una inspección por ultrasonidos. Este método se basa en el cálculo del espesor de pared de tubería por medio del cálculo del tiempo que tarda en viajar una onda sónica desde una pared del tubo a la pared opuesta y volver. Al igual que con la endoscopia, se seleccionan distintas zonas de muestreo, lo cual permite obtener una visión general del estado del sistema.

En algunos casos se opta directamente por la sustitución de distintos carretes de tubería por otros nuevos. Los carretes sustituidos se examinan visualmente. Se trata en comparación con los métodos anteriores de un método más costoso y complejo de realizar para inspeccionar una muestra representativa.

CEPRETEC viene realizando estas inspecciones desde antes de que el RIPCI las hiciera obligatorias. En nuestra experiencia, las tuberías secas son las que presentan peores condiciones al cabo del tiempo, especialmente si el sistema se ha activado en alguna ocasión y ha retenido humedad en su interior. En cuanto a los sistemas húmedos, su deterioro no depende tanto de la edad, como de la calidad y las renovaciones de agua que se hayan hecho en el sistema.

En cualquier caso, la inspección aporta una información básica acerca de la fiabilidad del sistema, ya que el deterioro del tubo implica aumento del rozamiento y pérdidas de carga con el subsiguiente empeoramiento de las condiciones de funcionamiento en la descarga del rociador.