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Uno de los principios básicos para asegurar la eficacia de los rociadores, y que como tal debe ser específicamente considerado durante el diseño e instalación, es asegurar una correcta descarga de agua por parte del rociador sobre la zona protegida, o lo que es lo mismo, evitar interferencias que puedan impedir una descarga homogénea, causadas bien por elementos estructurales a la altura del rociador o bien por otros elementos de ciertas dimensiones que se encuentren por debajo.
En esta ocasión vamos a centrarnos en las interferencias estructurales a nivel de techo. Teniendo en cuenta que la descarga de agua de un rociador tiene forma de parábola, evitar estas obstrucciones implica separar suficientemente el rociador del borde inferior de la posible obstrucción, tanto en horizontal (distancia a) como en vertical (distancia b). Ambas distancias están relacionadas, siendo claro que cuanto más bajo se sitúe el rociador, más cerca podrá estar (horizontalmente) respecto de la viga o correa.
Si el deflector del rociador queda en un plano inferior al de la parte baja del elemento estructural, la obstrucción desaparece. Hemos observado en obra esta solución en numerosas ocasiones, con parrillas dispuestas enteramente por debajo de vigas y cerchas de techo, quedando el rociador en ocasiones a más de 1m de distancia del techo. Evidentemente esta solución NO ES CORRECTA ya que deben respetarse unas distancias máximas entre el rociador y el techo (300 mm
bajo techo combustible, y 450 mm bajo techo incombustible). Para la apertura del rociador es esencial que éste se encuentre próximo al techo, que es donde se va a acumular el calor del incendio.
Por tanto no queda más remedio que lidiar con esta relación entre la distancia a y b, según la tabla siguiente, sin dejar de respetar la distancia máxima a techo.
El problema reside cuando las vigas en techo forman canales profundos y estrechos. Hasta hace poco, la única solución conforme con la norma era disponer un ramal de rociadores en cada canal, ya que es imposible encontrar una solución que cumpla con la relación de distancias a-b respetando la distancia máxima a techo. Sin embargo, la última edición de CEA 4001 (CEPREVEN RT1-ROC) incluye dos posibles soluciones para abordar este problema de una forma racional. La primera de ellas, también considerada en UNE-EN 12845, consiste en disponer de forma alterna rociadores en el interior de cada vano y bajo el canto de cada viga. Para poder aplicarse esta solución, debe garantizarse que la separación entre ejes de vigas es inferior a 1,5m. A lo largo de los canales los rociadores se distribuyen sin superar la distancia máxima admisible “S”.
Pero existe otra solución, que sólo considera CEA 4001, aplicable también para configuraciones en las que los ejes de las vigas distan entre sí menos de 1,5m, y cumpliendo además los siguientes requisitos:
En estos casos es admisible que los rociadores puedan situarse a distancias respecto al techo superiores a los 450 mm que indica en general la norma, pero sin dejar de cumplir la tabla que se ha transcrito más arriba con la relación de distancias a-b (es decir, garantizando que la estructura no obstruye la descarga) y a la vez instalando el rociador lo más alto que sea posible sin que exista interferencia.
La solución está basada en la rapidez con que el canal estanco se llenará de humo y gases calientes al tener unas dimensiones limitadas, y por efecto de la radiación abriendo el rociador más próximo. En la práctica esto implica que puede conseguirse una solución más racional en cuanto al número de ramales a instalar, ya que no es necesario que cada canal vaya provisto de rociador. Para información más detallada, consultar la edición vigente (2014) de CEA 4001 (CEPREVEN RT1-ROC).