Imagen vía ABC
Ayer por la mañana, una negra columna de humo en la cubierta del Corte Inglés de Bilbao, despertó todas las alarmas.
Por suerte todo ha quedado prácticamente en nada. ¿Por suerte? No, no ha sido por suerte. Este incendio constata dos hechos conocidos por todos:
Cada vez más empresas siguen el ejemplo de El Corte Inglés y reemplazan la suerte por una eficaz gerencia del riesgo de incendio.